La transformación digital deja de ser una opción para pymes y autónomos de Cantabria
R.C.
miércoles, 29 octubre 2025, 12:10
El horizonte de 2026 se dibuja en el calendario no como un año más, sino como una fecha límite que marcará un antes y un después para el tejido empresarial de Cantabria. Una serie de cambios normativos y tecnológicos, que hasta ahora podían parecer lejanos, se convertirán en obligaciones ineludibles. La obligatoriedad de la factura electrónica, el endurecimiento del control horario y la creciente amenaza de ciberataques marcan un punto de no retorno.
Para los miles de autónomos y pequeñas y medianas empresas de la región, esta transición representa un desafío considerable, pero también una oportunidad estratégica para modernizarse y fortalecer su posición en un mercado cada vez más competitivo.
La clave del éxito residirá en la anticipación y en el uso inteligente de las herramientas disponibles, especialmente cuando la principal palanca de financiación, el Kit Digital, entra en su recta final.
Aliados clave en la carrera hacia la digitalización
Frente a este panorama, que podría parecer desalentador, los empresarios y emprendedores cántabros no están solos. Existen dos apoyos fundamentales diseñados para facilitar esta transición. El primero es el programa Kit Digital, impulsado por Red.es con fondos europeos Next Generation EU, que se ha perfilado como el gran motor de esta modernización.
Cerca de 10.000 bonos digitales ya han sido concedidos en la región, movilizando más de 38 millones de euros para la inversión tecnológica. En total, se han gestionado más de 12.000 acuerdos entre empresas y Agentes Digitalizadores para asegurar la ejecución del bono.
El segundo gran aliado es la Cámara de Comercio de Cantabria. La entidad se ha posicionado como un guía esencial en este proceso, ofreciendo asesoramiento gratuito para informar a los empresarios sobre las soluciones que mejor se adaptan a sus necesidades y cómo acceder a las ayudas del Kit Digital. Además de este acompañamiento personalizado, la Cámara realiza una importante labor de dinamización para asegurar que este apoyo llegue a todos los rincones de la región, facilitando el acceso a la información y el contacto con los agentes digitalizadores autorizados que implementarán las soluciones.
Cerca de 10.000 bonos digitales ya han sido concedidos en la región, movilizando más de 38 millones de euros
¡Última llamada! El kit digital finaliza el día 31
Es crucial que los autónomos y pymes de Cantabria que aún no hayan solicitado su bono digital actúen con celeridad. Es fundamental precisar que las convocatorias actualmente abiertas, cuyo plazo expira de manera improrrogable este viernes 31 de octubre, se centran en los negocios de menor tamaño.
Por un lado, la tercera convocatoria se dirige a autónomos y empresas con menos de tres empleados. Por otro lado, la 4ª Convocatoria incluye a comunidades de bienes, sociedades civiles con objeto mercantil y explotaciones agrarias. En ambos casos, la ayuda consiste en un bono digital de hasta 3.000 euros, diseñado para cubrir precisamente todos los frentes mencionados: desde la implantación de la facturación electrónica y sistemas de ciberseguridad, hasta la creación de un comercio electrónico o la gestión de redes sociales. Dejar pasar esta fecha significa renunciar a una financiación vital para afrontar con garantías los retos de 2026.
De la obligación a la optimización
Los retos que definirán el panorama empresarial en 2026 son concretos y afectan al núcleo de la gestión diaria de cualquier negocio.
El primer gran cambio, y quizás el de mayor impacto inmediato, es la implantación obligatoria de la facturación electrónica. Impulsada por la Ley Crea y Crece, esta medida supondrá el fin de las facturas en papel para la mayoría de las transacciones. El sistema Veri*factu exigirá la emisión de facturas en un formato electrónico estandarizado y tickets con códigos QR verificables. Mientras que el principal escollo para muchos será la adaptación tecnológica, la oportunidad a largo plazo es significativa: optimización de los procesos administrativos, agilización de los plazos de cobro y una visión financiera del negocio mucho más clara y en tiempo real.
En paralelo, se espera una intensificación de los controles sobre el registro de la jornada laboral. La digitalización del control horario no solo garantiza el cumplimiento normativo y evita la inseguridad jurídica de los registros manuales, sino que se convierte en una potente herramienta de gestión de recursos humanos para automatizar informes y centralizar la gestión de vacaciones y ausencias.
Un tercer frente, que ha pasado de ser una recomendación a una necesidad imperiosa, es la ciberseguridad. Los ciberataques ya no distinguen entre grandes corporaciones y pequeños comercios. Autónomos y pymes son, de hecho, un blanco predilecto por su menor nivel de preparación. Proteger los datos y los sistemas informáticos es hoy un pilar fundamental para garantizar la continuidad del negocio y construir una reputación de empresa fiable y segura.
Finalmente, aunque no se trata de una obligación legal, la Inteligencia Artificial (IA) se consolida como el gran diferenciador competitivo. Herramientas de IA, cada vez más accesibles, están revolucionando el marketing, las ventas y la atención al cliente. Aquellos negocios que sepan integrarla podrán automatizar la creación de contenidos, optimizar sus campañas publicitarias y mejorar la comunicación con su clientela, logrando vender más con una menor inversión de tiempo y recursos.
En definitiva, el 2026 debe ser visto no como una amenaza, sino como el impulso definitivo hacia la modernización. La anticipación es la mejor estrategia. Con el respaldo del Kit Digital y el acompañamiento de la Cámara de Comercio de Cantabria, el tejido empresarial tiene en su mano las herramientas para no solo cumplir con las nuevas obligaciones, sino para transformarlas en una sólida base de crecimiento y prosperidad futura. El momento de actuar es ahora.